12 octubre 2015

Charly González and the Crazy Bros en La Casa de Cultura

9 de Octubre de 2015

Quién me iba a decir a mí que la siguiente entrada de este blog iba a ser por un concierto en Coria, que nada tiene que ver con las fiestas de junio. Que nada tiene que ver con músicas comerciales. Que iba a ser en el mismo escenario donde durante años he representado desde Las Tierras de Jauja hasta Jesucristo Superstar. Pero sí, así fue. Como lo cuento. 

Charly y sus hermanos locos pasaron por el pueblo para dejarnos una actuación excelente, igual que inesperada. Haciendo memoria no ando muy desencaminado si afirmo que es la primera vez que veo un concierto de jazz/blues en Coria, con una entrada no gratuita, y con un aforo prácticamente completo. Sigue siendo cierto que el porcentaje de asistencia es bastante reducido para la población, pero quedémonos con lo positivo. Parece que algo se mueve. 

Con una banda muy completa que incluye hasta un "hechicero", Charly y los suyos, los suyos y Charly, nos presentaron los temas de su último disco, The last sun. Un disco con ritmos clásicos del jazz , swing y del blues de toda la vida. Esas notas que penetran y se ponen a bailar con tus glóbulos rojos y a cantar con los blancos. Temas como Nobody but you o Leave this town for money son un claro ejemplo de ello. También se incluye en su repertorio una versión del clásico Caldonia, dejando claras sus intenciones sobre el escenario. 



Hubo momentos para el gozo. Los solos de guitarra mezclados con los vientos, piano, batería y complementos varios. Entre ellos, la gran pandereta, que en estos estilos es más que necesaria para crear ese ambiente festivo y alegre, para salir de vías oscuras donde el blues puede llevar sin darse cuenta. También ese saxo que tanta clase y elegancia pone en todas las formaciones. Un sonido muy completo que tuvo su cúspide en la versión del Bolleré del querido Raimundo Amador, que sin ser la versión con Mr. King, fue la guinda tras hora y media de intenso concierto.

Una atmósfera de la música de principios de siglo XX que inundó por un momento una ciudad necesitada de actos culturales de este tipo, porque es lo que mantiene la inquietud y la riqueza espiritual. Y todo por tres euros. Bueno, 8. Porque cayó un Cd. 

Sigamos así. 

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