01 octubre 2014

Los Coronas en la Siroco

25 de septiembre de 2014

Con motivo de la celebración de los 25 años de una sala mítica del panorama musical madrileño, Los Coronas se pasaron por la Siroco para rememorar viejas historias de otros tiempos, cuando Madrid se agitaba a cada acorde sin necesidad de tener que hipotecar un pulmón. Pero sobre todo para pasar un buen rato en una sala acogedora y con, en general, una buena acústica. 

Era la primera vez que les veía en directo como tal, después de su aventura junto a Arizona Baby que ha dado mucho que hablar en este país. Y para bien. Y con razón. Los grupos instrumentales me han ido atrayendo cada vez más, y especialmente aquellos que maman del estilo de The Shadows con ese rock bailongo, que lo mismo te coge una ola que te desenvaina un revólver. Sólo puede quedar uno, ya sabéis, ese rollo. 

Con unos sombreros blancos y unas camisas negras con sus nombres bordados (no me voy a atrever a elucubrar si a mano) saltaron al escenario de la Siroco directamente al lío. Sin rodeos. Con sus instrumentos al viento haciendo que el público rápidamente sintonizara con el ambiente y dejara llevar sus pies, manos y cabeza a otra época y lugar. Por supuesto cada uno a su bola, en su mundo de olas, buen tiempo, ritmo, despreocupad@s y marcando tendencia en sus pensamientos. 

Guitarristas tremendos. Bajista espectacular. Y batería y trompeta geniales. Esta es la banda. Cada uno encantado con su rol. Adiós Sancho, Jinetes Radioactivos o Rockaway surfers retumbaron en La Siroco con una acústica muy buena pese a la combinación de sonidos. La trompeta, guitarra, bajo y batería se escuchaban muy nítidos sin solaparse, con el volumen perfecto. Entre canción y canción una historia, un chismorreo o un comentario divertido que no desentonaba y que junto a los "Heyyyy" marcaron la pauta lírica del bolo. 


Impresionantes sus versiones. Género que normalmente está desvirtuado y que en muchas ocasiones se quedan en copias de menor calidad que los temas originales. Sin embargo Los Coronas aplican su fórmula para dotar a cada composición de otros en algo suya. En el Lago de Triana (ésta con Jairo Zavala), Paint it black de los Rolling o Corazón contento de Marisol son un ejemplo de ello.  Temas de siempre pero con un sello acoronado que mola. 

Tras hora y media de concierto y de muy buenas sensaciones, Los Coronas son un grupo original en nuestro país (junto con Toundra seguramente los mejores del estilo "el gato me comió la lengua") que merecen mucho la pena. Lástima que el servicio de venta, con camisetas en una caja de cartón y los discos en una bolsa cerrada no esté a la altura. Tampoco quien los vende. Aunque no fue impedimento para que mientras escribo estas líneas me den ganas de darme un paseo en caballo mirando por encima del hombro a todo aquel que no aguante dos chupitos de güisqui de un trago. 

Tú tienes que estar en la próxima. Para que sea mejor. 

Grandes Los Coronas...Ohhhhh yeeeaaahhh...