24 diciembre 2011

Depedro en la Sala Caracol

23 de diciembre de 2011

Han pasado ya unos años desde que, con su disco homónimo en mano, Depedro se presentara en la plaza Mayor de Cáceres a enseñarnos su trabajo. De aquella actuación salieron nuevos seguidores, en los que me incluyo, que le han mantenido la pista desde entonces porque, no nos engañemos, son una buena panda de músicos.

Con Nubes de Papel, todo se mantiene. Esas melodías sentidas. Con la voz espectacular y potente de Jairo, que tras la experiencia de La Vacazul, parece haber encontrado un resquicio en el panorama musical español donde, con un grupo de músicos geniales, dar rienda suelta a sus letras. Profundas y alegres. Sentidas y heroicas. Que dan valor y muestran algunas claves para hacer la vida más sincera. Más sencilla. Más llevadera.

"Hola, soy Lucas y soy el telonero". Con una presentación así de sencilla uno de los miembros de Depedro, Lucas, apareció guitarra en mano para enseñarnos lo que sabía hacer. Y entre broma y broma, durante media hora nos hizo reír y disfrutar. Llenó la Sala Caracol (espectacular en ambiente, sonido y cerveza, como siempre) de los primeros coros de la noche. Temas de Piscinas Vacías que recordaban a otros cantautores que son lo suficientemente emotivos, pero sin llegar a lo ñoño. Todo un reto, pues lo normal es que se te vaya la mano y te acabes convirtiendo en Marc Anthony.

Con Jairo sobre el escenario a las 22:30 horas se dio paso a un concierto genial. Divertido. Lleno de invitados. Con un sonido casi perfecto. Con un setlist que mezclaba temas del disco debut de Depedro y Nubes de Papel. Un disco, este último, con melodías mucho más refinadas. Un disco cuyas letras y ritmos enganchan cada vez más a medida que te detienes en los detalles. En los matices de acordes, de voz, de instrumentos (acordeones, xilófonos, percusiones, melódicas, bases electrónicas...). Muy bueno.



La Llorona, La memoria, Equivocado, Chilla que tiemble...Incluso hubo hueco para una versión de Blister in the Sun, de Violent Femmes. Por supuesto también estuvieron Como el Viento, Tu mediodía y una versión excelente de Don't Leave me now, que aunque en el disco es un poco lenta, la participación de Amparo Sánchez (Amparonia) y de un trompetista acojonante que se dejó los pulmones en un solo que hizo temblar los cimientos de la Caracol, la transformó en una canción genial.

Tras un bis de casi media hora, Comanche cerró una noche víspera de nochebuena que servirá para que más de uno termine el año como dios manda. Con música, a lo loco y gritando a los cuatro vientos: Soy más de lo que crees; Estoy llamando a tu puerta, esa que nunca está abierta.

Esa que voy a romper.


17 diciembre 2011

Sons of Rock y Electric Fence en Rock Palace

16 de diciembre del 2011

Sabía que la cercanía del Rock Palace iba a servir como excusa para acudir más a menudo de lo normal. Hasta el punto de que esa proximidad podría inducirme a la trampa del dejarme llevar y tragarme cualquier cosa. Pero más allá de esta teoría, la segunda noche entre las paredes de la remodelada sala de ensayos fue genial. Suficiente como para ganarse el término "Rock" en su nombre.

Sons of rock cerraron la gira que les ha llevado a presentar su último disco, Rock your Soul. Con un esquema de grupo, desgraciadamente, poco habitual, la cantante y guitarrista principal se echa el grupo a las espaldas sobre el escenario, aunque con un equipo que en absoluto desentona.

A pesar de no tratarse de una voz de esas que marcan una época, la banda transmite rock, que es lo que verdaderamente importa. Ritmos clásicos que amenizan veladas y que mantienen viva la noche, que en Madrid, y gracias de nuevo al Palace, sigue coleando con grupos que usan estos escaparates para encalamarse a la escena del rock nacional. Incluso se lanzaron con una versión del Come together de los Beatles. De su página web podéis bajaros los discos de la banda (que ya van por el tercero). Merece la pena echarles una escuchada y seguirles la pista. Suerte.

Tras un breve descanso para el trabajo de los pipas, Electric Fence se subió al escenario con una dosis extra de mocos en sus conductos nasales y sin mallas de leopardo.



En una sala poco transitada, bien por intimidación o simplemente por alcohol insuficiente, la gente mantuvo la distancia con el escenario en las primeras canciones, como si realmente hubiera una valla eléctrica entre el grupo y su gente. Pero poco a poco los watios de la valla se fueron trasladando a donde tenían que estar. A las guitarras, al bajo, la batería y a la voz y cuerpo del cantante, que bien se encargó de sobreponerse al estado catarroso pre-navideño para brindarnos una actuación más que decente. Fever, Look Out o Get some rock and roll tonite continuaron la esencia dejada por los hijos del rock para convertirnos en adolescentes de este estilo musical que, simplemente, agranda nuestras almas.

Con balada incluida, también hubo momento para el versionado de canciones. En este caso, y con toda la admiración que se puede enviar al más allá con estas humildes teclas, Sin City de AC/DC resonó en la sala con una fuerza tremenda. Digna del temazo que es y de Bon Scott.

Gran noche de más de dos horas de rock en una sala que desde su inauguración no hace más que darnos alegrías e inyectarnos un poco de pasión. Un poco de desvergonzonería. Un poco de mala ostia. Vamos, Rock and Roll.

Yeah.