25 septiembre 2011

No te apures mamá, es sólo música pop

23 de septiembre del 2011

Madrid es una ciudad que siempre ofrece un buen puñado de alternativas. Entre ellas, conocer grupos españoles emergentes que, la mayor parte de las veces y desgraciadamente, no les es posible firmar con algún sello discográfico y sólo les queda el amor del público en los tugurios de la capital. Grupos de los llamados maqueteros que dan vida a un Madrid efervescente y en continuo estado de renovación.

Así surge "No te apures mamá, es sólo música pop", disco recopilatorio de algunas de esas bandas: Hazte Lapón, Cosmen Adelaida, Rusos Blancos, Betacam, Solletico. Podéis escuchar todas las canciones en este LINK. Grupos todos ellos de corte pop-indie que tienen en este tipo de celebraciones su oportunidad. La oportunidad de tener su reconocimiento y, quién sabe, si la oportunidad de tener una entrada propia en este blog. Qué más se podría pedir.


Recordaba la sala Siroco bastante pequeña para un evento en el cual, según facebook, más de 300 personas confirmaban su asistencia o su "quizás asista". De ahí que, aunque la hora de inicio eran las 21.30 horas, 20 minutos antes ya merodeaba la calle San Dimas, dónde un pequeño grupo de 20-30 personas se agolpaban alrededor de la puerta de la sala, aún cerrada.

Tras preguntar al mastodóntico segurata de la sala la hora estimada de apertura de puertas (según él, en unos 10-15 minutos desde entonces), fui a tomar una caipirinha en buena compañía. A eso de las 22:10 minutos, salgo del bareto y, oh, qué sorpresa. Desde la puerta de la sala Siroco hay una cola kilométrica que da la vuelta a la esquina de la calle. En fin, la caipirinha y la compañía merecieron la pena, aunque hubiera que pagarlo en forma de espera.

22:15; 22:30; 22:45. La cola no se mueve. Aquello no avanza. Miento. Sí que lo hace, pero en sentido contrario. La gente sigue y sigue llegando y cada vez más se empieza a colapsar la calle. El paso de un coche supone un ejercicio espectacular de coordinación para no recibir golpes contra los retrovisores del vehículo. Indignado, ahora que está tan de moda, fui de nuevo a preguntarle a mi amigo Puerta que qué previsión había para entrar y si en la sala había suficiente aforo para todo el mundo. A la primera pregunta me contestó igual que hace una hora: en unos 10-15 minutos. A la segunda, no supo qué decir. Así que me volví a mi posición, bastante lejos de la pole de carrera, sin saber si cuando abrieran la puerta podría entrar o no.

22:50; 23:00; 23:10. El nivel de indignación llegó demasiado alto. No es posible que grupos primerizos, que deben entender aquella masificación como una muestra de cariño, fueran los responsables de que se llevara más hora y media de retraso. Alguna razón sensata habría, pero nadie lo explicó. Ni nadie pudo hacer una buena previsión de cuándo se podría entrar a la sala. Un desastre. Una vergüenza. Una tomadura de pelo.

23:15. Ya estaba bien. Así es. Madrid siempre ofrece un buen puñado de alternativas. Y no lo iba a desperdiciar. Más aún. Por eso, sin saber qué diablos pasó. Sin saber si esos grupos merecen realmente la pena o no. Dejé mi puesto en la cola. Y por lo que vino después, me alegré.


18 septiembre 2011

Loquillo en La Elipa '11

17 de Septiembre del 2011

Quizá sean tres o cuatro las entradas que se cuenten en este blog sobre una de las instituciones del rock patrio. Crónicas que, sin volver a leerlas, estoy seguro de que hablaban de intensidad, de elegancia, de cadillacs. De Rock & Roll.

En un recinto ferial totalmente atestado de elipeños y de otras partes de Madrid, a las 22:30 horas exactas saltó la banda al escenario. Un escenario sencillamente decorado con algunos floripondios enredados en un micro y una camiseta de Fernando Martín en la batería. Un número '10' a la espalda que nunca olvidaremos, y menos un día como hoy, donde la historia nos espera.

El setlist fue de lo más completo. Empezando con los temas más recientes como Línea Clara, Cruzando el Paraíso y Memoria de Jóvenes Airados, algunos de los cuales ya se están empezando a convertir en himnos. Es increíble cómo, gracias a la fuerza, sinceridad y pasión del Loco te puedes llegar a sentir tan parte de las letras, de las notas. Intercaladas estas canciones con Rock And Roll Actitud y El Hombre de Negro, homenaje al grandísimo Jonnhy Cash, la primera parte del concierto estuvo genial, dejando como suele ser habitual, los grandes clásicos para después del mini-break.



La Elipa siempre ha sido uno de los barrios con más tradición de rock de Madrid, y eso, probablemente sin querer, se advertía en la emoción con la que Loquillo daba patadas al aire combinadas con pasos de claqué; con la que se desgañitaba hablando de chicas incomprensivas o que encontraron lo que no buscaban ("...un hombre con miedo a volar..."). Y quede patente la versión de Mujer fatal, de los Burning, originarios de La Elipa, y cuyo recuerdo invadió el recinto Ferial cuando Loquillo alzó las manos, sonriendo, en señal de "os recordamos; os queremos".

Llegó la traca final. Y especialmente cuando empezaron a sonar los primeros acordes de aquello parecía imposible escuchar en directo. La canción prohibida. Vetada durante algún tiempo en los directos de Loquillo por solidaridad con las feministas enfervorecidas, que no eran capaces de ver más allá de sus propios intereses, obviando, negando, despreciando una letra poderosa, tan real como la vida misma y cargada de palabras que resuenan como puñales. Sonó La mataré de nuevo. Lleva haciéndolo algún tiempo pero yo nunca la había disfrutado. Y fue sensacional.

Bajaron el telón Rock & Roll star, el Ritmo del Garaje, Feo, Fuerte y Formal y Cadillac Solitario. Canciones de gloria. Como la que alcanzaremos alrededor de las 22 horas esta noche. Sí. Sé que no debemos infravalorar al contrario. Que debemos mantener la calma. Pero no lo puedo evitar. Aún estoy de subidón.

Loco, gracias de nuevo.