24 octubre 2010

Depedro en el Café La Palma

23/10/2010

Tarde de sábado aburrida. Sin planes inmediatos y un ordenador encendido. Indago en la red en mis páginas habituales de información musical y me entero de un concierto, hoy mismo, en el Café La Palma de Depedro en acústico, presentando su nuevo disco, Nubes de papel. La sensación de poder escuchar buena música me anima y me veo allí, en primera fila.

La realidad, sin embargo, es otra. Madrid permite poca improvisación y, como suele ser habitual, el bar está lleno y no quedan entradas. Sin embargo ponen la música en directo por el hilo musical, por lo que depués de cenar salchichas suecas, me siento a escuchar y a beber, en buena compañía.

Nunca antes había disfrutado de un concierto como música de fondo. Sin luces, sin gestos, sin deslizamientos sobre mástires que se puedan ver. Pero la banda sonora estaba ahí. Y era (es) lo que importa. Al menos eso creo yo.

El nuevo disco trae canciones con ciertos retoques electrónicos que se desmarcan del disco homónimo de la banda. Eternamente es ejemplo de ello. Por otra parte, Todos lo saben sigue dejando de manifiesto ese matiz tan personal y cálido en las canciones de Depedro. También es cierto que, al ser el concierto en acústico y con el murmullo del bar, lo que más destacaban eran las notas menos acústicas y la voz. Buenos temas. Pero fueron Llorona, Como el Viento o La Memoria los que me hicieron perderme en la voz de Jairo y desconectar de un diálogo, de una conversación, de un tú a tú que, siempre que es con un amigo, deja enseñanzas que hace que una cerveza se quede corta.

No hay fotos esta vez. Ni impresiones visuales. Sólo un presentimiento y una afirmación de que Depedro se puede convertir, si procede, en una buena melodía para hablar a gusto de la vida en general, y por qué no, en particular.

Un acierto. Un "acuerdo" de arriba abajo. Vueltas y vueltas para llegar al mismo lugar: en primera fila para coger el metro.

22 octubre 2010

Décimo aniversario de FNAC.ES

21/10/2010

Hacía más de un mes que no aparecía por aquí. Está claro, pero aun así lo comento, que no ha sido por falta de ganas. Sucesos en pequeñas dosis que desestabilizan han tenido la culpa. Acontecimientos buenos, regulares y malos. Ha sido un mes de recogimiento musical. De escucharla tranquilamente en casa y de no pensar en nada (o intentarlo).

Las entradas para el décimo aniversario de FNAC.ES las tenía desde hacía más de dos meses. La Habitación Roja, Sr. Chinarro y Delorean iluminaban el cartel de entrada de la Riviera. No me apetecía demasiado una noche melancólica basada en un tío al que no se le entiende muy bien (Chinarro), música indie a flor de piel (La Habitación Roja) y música techno-pop que puede llegar a rayar (¿o rallar?) de forma irreversible (Delorean). Sin embargo, el concierto se convirtió en un tío peculiar con grandes canciones que se podían escuchar tranquilamente; en un festival indie que puso patas abajo a toda La Riviera y en una discoteca móvil que iba aumentado el ritmo poco a poco, sin que nos diéramos cuenta, hasta explotar en un "Hasta la próxima".

Con una presencia y una voz qu recuerdan a cantautores de los años sesenta al estilo Manifiesto Canción del Sur, Sr. Chinarro entró en el escenario sin hacer demasiado ruido y ante una Riviera más bien vacía. Desde el principio el sonido fue especialmente bueno. Quizás ayudó también que Chinarro dejó el acento cevillano en el backstage. Temas como Del Montón, El alfabeto morse, Esplendor en la hierba, Tímidos...resonaron muy bien bajo un espacio casi sin humo. Casi una hora en la que la gente entró en calor. Genial.

Si hubo un grupo que me sorprendió fue La Habitación Roja. Había escuchado poco de este grupo y nunca me dio la impresión de que pudieran armar tanta fiesta en un concierto. Quizás por el público, acojonantemente entregados. Quizás que subieron en un par de niveles la intensidad de Chinarro. O simplemente porque la gente tenía más cerveza encima, La Habitación Roja me dejó muy buen sabor de boca. El sonido, igual de bueno. Las luces, sin embargo, molestaban mucho al público. Se empeñan en poner esos focos directos a las caras de la gente y lo único que consiguen es evitar ver algo. Una pena. Voy a hacerte recordar, El eje del mal, Nunca ganaremos el mundial (dedicada, obviamente, a la selección española) y Cajas tristes fueron algunas de las canciones que se dejaron en Madrid.


Perdonad por las fotos...pocas y malas: "No battery".

Por último, era el turno de Delorean. De otro corte diferente a los anteriores, fueron el complemento perfecto para el festival. Sin duda, el orden de los grupos fue un acierto total. No por el hecho de quién es más o menos famoso, sino que la noche fue, en ritmo y en ajetreo, siempre de menos a más. Delorean fue un no parar. Estos vascos dieron muestras de que en España también nos podemos salir de los protoipos de música establecidos y hacer mezclas que merezcan la pena. Lo peor en este caso fue el sonido. Un poco aturullado y, en mi opinión, demasiado bajo para una música de este tipo. Al fin y al cabo, no son las letras lo que importan en este caso...

Una vuelta al cole, después del parón, genial. Cumpliéndose muy bien los horarios y permitiendo que, aquellos que currábamos al día siguiente, pudiéramos despertarnos sin demasiado esfuerzo.

Felicidades, FNAC.