13 diciembre 2010

Ritmos africanos en Savina

12/12/2010

Hacía más de un mes que no pasaba por aquí. Un mes en el que sí que he acudido a actuaciones musicales, pero diferentes a las convencionales (tranquilos, no voy a seguir la crónica con pareados). Sin embargo, la cantidad de emociones que se han abalanzado sobre mí, y donde la música siempre ha estado presente, salía del alcance de este blog. El concierto de anoche sí que da lugar a crónica. Aunque tampoco estuvo exento de imágenes, sonidos y olores que, quizás por mi falta de habilidad con el teclado, me veo incapaz de transmitir como se merecen. Por eso me ciño a la música. Que ya son más de cien crónicas y le voy cogiendo el gusto.

Situémonos. Japón, Prefectura de Akita, Akita, Kobawata, Savina. Rincón alejado de los clubs de ladies, de los bares estrechos para beber (los que huelen a menta y los que no) y de todo aquello que se defina como aburrido en Japón. Recoveco donde una panda de japoneses transgresores (entendámonos: aquí transgresor es simplemente quien pasa de ir de traje todo el día) que quieren beber cerveza, comer arroz con curry (más conocido aquí como cali) y escuchar música en directo (eso sí, por un precio nada módico de 2,500 yenes).

Previamente invitado al evento e incluido sin comerlo ni beberlo en la lista de "conocidos", acudo puntual para desmentir aquello de que los españoles somos unos dejaos. Y, eliminando tópicos, ¿quién dijo que los japoneses eran fríos? Nada más llegar, quien me sugirió que fuera al concierto se lanzó a darme un abrazo como nunca antes había recibido de una desconocida, como si la presencia de occidentales augurara que su festival iba a ser lo mejor que ha parido madre. Y abuela. En fin, que a pesar de tener más pelo en la cara y ojos más grandes, me sentí como en casa desde el minuto uno. Sin necesidad de besar el césped. Ni de desplegar mi más que mejorable japonés.



El ambiente era sencillo. Una zona semicircular donde se acumulaban djembes y otros instrumentos de percusión similares, con un par de guitarras y varios micros. Y sillas sin mesas alrededor. Gente bebiendo. Charlando. Vamos, como en cualquier sitio. Esperando a que empezara el run run. Y tras 15 minutos de retraso, salieron tres japoneses a dejarse las manos sobre las pieles de los tambores. Tambores que sonaban a todo menos a guerra. No fue nada espectacular. 30 minutos de ritmos, muy animados, que aun así cumplieron su función: entonar el ambiente. Si estos japoneses levantaran la cabeza y miraran el Womad...

Tras melodías africanas cantadas por japoneses (nunca pensé que llegaría a estos extremos de combinaciones musicales-culturales), salió el rey. Y es que además de ir vestido como rey de la selva (chaleco muy africano; pantalones muy africanos; cinta del djembe muy africana; cara 100% japonesa), tenía algo que destacaba sobre el resto. Naturalidad absoluta. Tocaba como si se estuviera lavando los dientes o haciendo reverencias o comiendo arroz. Como si el djembé dijera: "Ei, tío. Que estoy aquí abajo. Cuidadito que te doy si te pasas de listo". Al rato descubrí que en el panfleto que me dieron a la entrada (en japonés perfecto), aparecía el paisano, un tal Mara, como la estrella absoluta. Quién lo pondría en duda.

Acabóse África y entró una mezcla entre Japón, África y Jamaica. Un grupo de 3, dos chicos (guitarra y Mara) y una cantante que era la primera vez que estaban en Akita, aunque según me contaron, se trataba de un grupo bastante famoso en la zona centro de Japón. Mezcla de tradición asiática, africana y reggae. No me preguntéis el nombre del grupo. No me preguntéis por nombres de canción (aunque había una que, en español, se podría titular Kimi la cagó, supongo que por marcharse de la fórmula uno...). No me preguntéis qué tal las letras. La música la verdad es que estuvo muy animada y fue de lo más variopinta. Desde baladas hasta canciones muy movidas. La guitarra ayudó a decorar mucho más las melodías, a diferencia del previo, basado sólo en percusiones. La voz también llenaba huecos que durante el telonero (por llamarlo de alguna forma) evitaban cierta continuidad en el sonido.

Lo mejor. La sensación. De estar en un sitio perdido. Como si estuvieras escondido para robarles su intimidad y te diera miedo que te observaran por si descubren tus supuestas intenciones de contar lo ocurrido entre aquellas paredes en un blog en castellano. Involucrándote en lo suyo. Que también hacen tuyo. La música estuvo bien, pero Japón, el interior, salió a la luz.

Y es que japonés en japonés es nihongo.

09 noviembre 2010

Turner Cody en la Sala Costello

08/11/2010

Un escenario. Dos guitarras. Una acústica y una eléctrica cariñosamente guardada en su funda acolchada. Un pequeño grupo de gente de lo más variopinto. Un sótano de un bar. Una barra. Una cerveza bien fría. Un chupito de Jack Daniels acompañando y un amigo. El escenario perfecto para conocer música y dejarse llevar por el ambiente oscuro y sucio, a pesar de tratarse del Costello Club.

Llegué con el telonero empezado, Pablo Galiano. A diferencia de lo que se puede escuchar en su MySpace, en este caso el acústico envolvía todos sus temas con un acento tristón que fortalecía las letras frente a los ritmos. Palabras de desamor y de amigos malos que van al infierno. Cerraba los ojos y podía recordar melodías de El viaje a ninguna parte o a algún disco de Le Punk. Acordes sencillos, sin florituras, que se sirvieron como aperitivo más bien frío. Notas que, desde el escenario hasta la barra, se iban empapando del escaso sudor del sótano para volver al backstage con un deje mejorado.



Turner Cody, Nueva York. Con sombrero, bigote rubio y una camisa blanca desgastada (quizás la usó el día anterior en su concierto en Barcelona), tomó su guitarra impoluta y sin dilación empezó a tocar y a contonear sus rodillas y las puntas de sus pies. Cantautor muy prolífico, tal y como proclama su página web, era la primera vez que aparecía por Madrid. Quizás por la fama bien ganada de lo mal que hablamos inglés los españoles (en términos generales). O quizás por las ganas de Mr. Cody porque los asistentes captáramos sus mensajes entre líneas. El caso es que se le entendía perfectamente. Cuando cantaba sobre cosas raras en el aire. Cuando cantaba sobre cuerpos inundados en güisqui. Cuando nos contaba sus experimentos para ver si para el cuerpo era mejor el agua o la cerveza, sobre lo que tenía grandes dudas.

Dejó sobre el escenario I'll be home, Something is strange in the air, Corner of my room, Don't refuse me, my darling y otros temas que traían a la mente a un Micah P. Hinson de buen humor. Que en lugar de gritar, entristecer al personal y enojarse con facilidad, transmitía cosas positivas y, cuando no lo eran tanto, siempre era de una forma amable y sincera.

Tras una hora aproximada, se despidió para verse entre nosotros a los 10 minutos pidiendo cerveza, siempre bajo su objetivo de ver si le afectaba más que el agua. Al día siguiente marchaba a San Sebastián. Un concierto que, pese al cariz nostálgico de la música de Turner Cody (amplificada por el acústico-eléctrico), dejó buen aliento.

Amargo. De la cerveza y del Jack Daniels.

24 octubre 2010

Depedro en el Café La Palma

23/10/2010

Tarde de sábado aburrida. Sin planes inmediatos y un ordenador encendido. Indago en la red en mis páginas habituales de información musical y me entero de un concierto, hoy mismo, en el Café La Palma de Depedro en acústico, presentando su nuevo disco, Nubes de papel. La sensación de poder escuchar buena música me anima y me veo allí, en primera fila.

La realidad, sin embargo, es otra. Madrid permite poca improvisación y, como suele ser habitual, el bar está lleno y no quedan entradas. Sin embargo ponen la música en directo por el hilo musical, por lo que depués de cenar salchichas suecas, me siento a escuchar y a beber, en buena compañía.

Nunca antes había disfrutado de un concierto como música de fondo. Sin luces, sin gestos, sin deslizamientos sobre mástires que se puedan ver. Pero la banda sonora estaba ahí. Y era (es) lo que importa. Al menos eso creo yo.

El nuevo disco trae canciones con ciertos retoques electrónicos que se desmarcan del disco homónimo de la banda. Eternamente es ejemplo de ello. Por otra parte, Todos lo saben sigue dejando de manifiesto ese matiz tan personal y cálido en las canciones de Depedro. También es cierto que, al ser el concierto en acústico y con el murmullo del bar, lo que más destacaban eran las notas menos acústicas y la voz. Buenos temas. Pero fueron Llorona, Como el Viento o La Memoria los que me hicieron perderme en la voz de Jairo y desconectar de un diálogo, de una conversación, de un tú a tú que, siempre que es con un amigo, deja enseñanzas que hace que una cerveza se quede corta.

No hay fotos esta vez. Ni impresiones visuales. Sólo un presentimiento y una afirmación de que Depedro se puede convertir, si procede, en una buena melodía para hablar a gusto de la vida en general, y por qué no, en particular.

Un acierto. Un "acuerdo" de arriba abajo. Vueltas y vueltas para llegar al mismo lugar: en primera fila para coger el metro.

22 octubre 2010

Décimo aniversario de FNAC.ES

21/10/2010

Hacía más de un mes que no aparecía por aquí. Está claro, pero aun así lo comento, que no ha sido por falta de ganas. Sucesos en pequeñas dosis que desestabilizan han tenido la culpa. Acontecimientos buenos, regulares y malos. Ha sido un mes de recogimiento musical. De escucharla tranquilamente en casa y de no pensar en nada (o intentarlo).

Las entradas para el décimo aniversario de FNAC.ES las tenía desde hacía más de dos meses. La Habitación Roja, Sr. Chinarro y Delorean iluminaban el cartel de entrada de la Riviera. No me apetecía demasiado una noche melancólica basada en un tío al que no se le entiende muy bien (Chinarro), música indie a flor de piel (La Habitación Roja) y música techno-pop que puede llegar a rayar (¿o rallar?) de forma irreversible (Delorean). Sin embargo, el concierto se convirtió en un tío peculiar con grandes canciones que se podían escuchar tranquilamente; en un festival indie que puso patas abajo a toda La Riviera y en una discoteca móvil que iba aumentado el ritmo poco a poco, sin que nos diéramos cuenta, hasta explotar en un "Hasta la próxima".

Con una presencia y una voz qu recuerdan a cantautores de los años sesenta al estilo Manifiesto Canción del Sur, Sr. Chinarro entró en el escenario sin hacer demasiado ruido y ante una Riviera más bien vacía. Desde el principio el sonido fue especialmente bueno. Quizás ayudó también que Chinarro dejó el acento cevillano en el backstage. Temas como Del Montón, El alfabeto morse, Esplendor en la hierba, Tímidos...resonaron muy bien bajo un espacio casi sin humo. Casi una hora en la que la gente entró en calor. Genial.

Si hubo un grupo que me sorprendió fue La Habitación Roja. Había escuchado poco de este grupo y nunca me dio la impresión de que pudieran armar tanta fiesta en un concierto. Quizás por el público, acojonantemente entregados. Quizás que subieron en un par de niveles la intensidad de Chinarro. O simplemente porque la gente tenía más cerveza encima, La Habitación Roja me dejó muy buen sabor de boca. El sonido, igual de bueno. Las luces, sin embargo, molestaban mucho al público. Se empeñan en poner esos focos directos a las caras de la gente y lo único que consiguen es evitar ver algo. Una pena. Voy a hacerte recordar, El eje del mal, Nunca ganaremos el mundial (dedicada, obviamente, a la selección española) y Cajas tristes fueron algunas de las canciones que se dejaron en Madrid.


Perdonad por las fotos...pocas y malas: "No battery".

Por último, era el turno de Delorean. De otro corte diferente a los anteriores, fueron el complemento perfecto para el festival. Sin duda, el orden de los grupos fue un acierto total. No por el hecho de quién es más o menos famoso, sino que la noche fue, en ritmo y en ajetreo, siempre de menos a más. Delorean fue un no parar. Estos vascos dieron muestras de que en España también nos podemos salir de los protoipos de música establecidos y hacer mezclas que merezcan la pena. Lo peor en este caso fue el sonido. Un poco aturullado y, en mi opinión, demasiado bajo para una música de este tipo. Al fin y al cabo, no son las letras lo que importan en este caso...

Una vuelta al cole, después del parón, genial. Cumpliéndose muy bien los horarios y permitiendo que, aquellos que currábamos al día siguiente, pudiéramos despertarnos sin demasiado esfuerzo.

Felicidades, FNAC.

12 septiembre 2010

Coque Malla en las fiestas de La Melonera

10/09/2010

Como diría aquel, Coque vuelve en solitario a la carretera. Nunca había tenido la oportunidad (tampoco la había buscado, siendo sinceros) de ver al señor Malla (Mr. Mesh). No sé si porque para mi generación (mediados de los ochenta) había otros mitos de la música española y me centré en ellos demasiado. También podría ser que no di con la canción, el hit, que me hiciera preguntar "¿De quién es?". Hace no demasiado, 2009, fue cuando con esto del spotify descubrí La Bola Extra. Y bien por la situación de aquel entonces o por el mensaje que transmite, se puede decir que fue ahí donde inicié mi andadura ronaldera y coquense (que no conquense).

Yo creo que ha sido la primera vez que un músico toca a mi puerta para invitarme a un concierto, pues me di de narices hace una semana con un cartel cerca del dintel de mi casa donde se anunciaba, entre otras celebridades como Leticia Sabater, la actuación de Coque Malla con motivo de las fiestas del barrio de la Arganzuela, comúnmente llamadas de La Melonera. Gratis. Me faltó tiempo para incluirlo en la agenda.

Tenía dudas sobre si las obras del Manzanares iban a desvirtuar un poco el entorno, pero la noche, los focos del escenario (pequeños pero matones...hablen con mis pupilas) y el sonido de fondo del tomboloero ("Otro perrito piloto, señores...otro perrito") hicieron olvidar completamente las grúas y demás artefactos que por allí se podían vislumbrar.

Con algo más de media hora de retraso (habiendo casetas para tirar dardos y coches de choque, chocones, yo también hubiera llegado tarde a mi concierto...) empezó la actuación. La primera sorpresa, ver que la bajista era la misma que la de la nueva banda de Loquillo. La segunda, no tan grande y muy esperable, que todo el mundo se agolpaba en la primera fila cantando "No puedo vivir sin ti...no hay manera". Pon una canción en la tele y verás lo que es publi efectiva. Y más si es para IKEA. Qué tendrán estos suecos...

El concierto en general estuvo bien. Con ese carácter macarrilla que por momentos me recordaba la escena de la película Todo es mentira...un villancico. Increíble. Musicalmente tuvo altibajos para mi gusto. Temas como Saca la lengua para bailar o Berlín (cambiando Berlín por Madrid, qué fácil es ganarnos) estuvieron realmente bien. Lo mismo con la versión de Heroes de David Bowie. Sin embargo, hubo algunas baladas un poco ñoñas que hacían que la adrenalina disparada se disipara como una botella de cocacola abierta durante toda la noche. Con el gustito que da cuando la cocacola te pica en la garganta...




Algo similar pasó al final. Tras dos bises, el primero de ellos fue muy movido, cantando aquello de que la verdad no existe. En una versión bastante rockera. Hubiera sido un buen colofón para un buen concierto. Nos hubiera mantenido firmes para el resto de la noche. Hubiéramos ido a tirar con la perdigonera y los dardos con más ganas que nunca. Pero el segundo bis, muy lento, me apagó. Decía: "venga, a casa, que estamos molestando a los vecinos". La hora de los gigantes terminó. Supongo que Coque Malla es de esos personajes musicales a los que tienes que entender, a los que tienes que sentir para que uno de sus conciertos pase de estar bien a ser grande. A mí todavía me queda para eso.

Ni bola extra,ni sabor salado, ni adiós papá...Esperar y esperar. Ni mú de estos temazos. Quizás La bola extra hubiera aliviado un poco la noche, después de saber que una bola que me dio la vida hace ahora casi dos años, se había esfumado, al menos, temporalmente. Eso sí, creo que la he (hemos) jugao lo mejor que hemos podido. Y hemos batidos todos los récord.

Un placer haberte conocido, Mr. Mesh.

16 agosto 2010

Sonorama 2010, Día 1

13/08/2010

Lástima que uno sea tan...¿profesional? como para preferir (entrecomillado) trabajar a ir a un concierto, gratuito, de Loquillo y de Arizona baby. Y más si después me entero de que Loquillo ha vuelto a incluir La mataré en su repertorio sobre el escenario. Pero no nos molestemos en apesadumbrarnos por lo no visto. Pese a todo, el viernes fue también un buen día de conciertos.

El Sonorama se está convirtiendo, si no lo es ya, en todo un referente en el panorama indie nacional. Poco a poco ha ido ganando terreno a los grandes festivales del país campéon del mundo de fútbol. Puede que sea por sus precios, no sólo de la entrada, sino de todo lo que se vende dentro. Quizás sea por el encanto de hacerlo en una pequeña ciudad a orillas del Duero (con lo que ello implica: cordero y vino). Sea lo que sea, es una buena muestra de que con ganas y una buena organización se puede poner en boca de media España a un pueblo. Más de uno debería aprender (¿qué fue del Humanta, señores?).

Con dos escenarios y dos carpas, es destacable el nivel de la organización. Se podrían dar bastantes motivos, pero hubo un detalle que me ganó. Como viene siendo habitual, este tipo de festivales se hace a las afueras de la ciudad, en polígonos industriales. Pues bien, parece que alguno de los organizadores del Sonorama debe haber sufrido con las polvaredas que se suelen formar y, antes del festival, sacaron la manguera para regar el suelo y, así, evitar que se levantara polvo. Por fin alguien lo hace. Años y años tragando tierra y tiene que ser algún arandino el que saque a relucir su grifo. ¡¡Arriba el agua del Duero!!

Por lo demás, ningún jaleo con las pulseras, comida y bebida a precios aceptables (al menos para los que estamos malacostumbrados a Madrid)...eso sí. Pude ver con mis propios ojos el escenario donde Robe dio el plantón a los burgaleses por ver el concierto desde el andén de la carretera sin pagar entrada. Pues sí, Robe, eso no se hace. Pero a ver si al mismo que regó el suelo le da por poner vallas más altas, porque se te queda una cara de tonto tremenda cuando ves que hay gente sin pagar entrada que está viendoel festival en mejores condiciones que tú.

Metiéndonos de lleno en lo que importa, había varios platos interesantes para el viernes. Aunque no tenía mucha hambre de pop, basta oler un buen solomillo al horno para despertar el apetito. Napoléon solo, Zenttric y algun grupo de la carpa Future Stars pasaron sin pena ni gloria. Algún tema que merece la pena pero, sinceramente, nada nuevo que rascar. Quieren, quieren...pero a mi juicio, no pueden. Lo mejor, una versión de Los Brincos de Mares (Nadie te quiere ya). Hubo otros grupos previos, pero fue Nudozurdo el que abrió la boca del estómago.



Tiene algo el escenario que sobre él, hay algo más que la música y las letras. Nudozurdo tiene estas dos cosas, pero además, esa pose del cantante, de mirada infinita, de seriedad extrema que hace que canciones como El Hijo de Dios sean especialmente creíbles y, aun siendo la primera vez que se escuchan, calan hondo. Es indie oscuro. Sin florituras extra. Música que va de dentro hacia fuera. Genial.

Tras hincarle bien el diente, la noche se antojaba mejor de lo que fue. Tras perderme Standstill (me hubiera gustado verles sobre un gran escenario), llegaban del tirón The Sounds, Los Planetas y Love of Lesbian.

The Sounds, con una cantante sueca de piernas sugerentes, dejó sobre el escenario temas muy melódicos, fáciles de oír y muy cantables. Potentes, no me dio sensación de que fueran un grupo que mereciera la pena seguir demasiado. Aun así, su concierto estuvo divertido. Fue diferente al resto. No tan indie, sino más dentro del New Wave.

El Sonorama también me sirvió para darme cuenta de que no soy capaz de aguantar 1 hora seguida de los Planetas. Lo siento, es así. Y, además, si empiezan cantando casi por bulerías con toques flamencos, apaga y vámonos. Tras unos problemas iniciales de sonido que no tardaron mucho en solventarse y pasarse la fiebre granadina, tocaron temazos como Un buen día y Pesadilla en el parque de atracciones. Es cierto que a Jota se le escuchaba incluso mejor que en disco, que hubo grandes canciones y que el público deliró con ellos. Pero para mí fue demasiada psicodelia indie en vena.

Tras ver dos veces a Love of Lesbian en un año, sólo me faltaba verles sobre un gran escenario (en tamaño). Y sabe tan a poco una hora, en la que 1999 prácticamente llenó el setlist de la banda. No se les puede culpar de nada, la promo es la promo. Aunque también hubo alguna maniobra de escapismo con Noches reversibles. Por lo demás, el sonido fue, a mi gusto, un poco bajo. Costaba escuchar la voz. Pudiera ser que la pesada de al lado, que no paraba de decir tonterías, ayudaba a que no me concentrara mucho en la música, pero en todo momento escuchaba mejor a los fanáticos que me rodeaban y chillaban las canciones del grupo que a Santi. No sé si es la edad, pero las cuestiones de familia, mejor que queden en familia. Como tenemos un grupazo, nada. Hubo de nuevo coreografía para Algunas plantas y mezcla con el público presente. Sin embargo, me da que se quedaron con ganas de más...

Aranda. Todo un movimiento indie que parece haber iniciado una era. La de la sonoramadependencia. Pero yo a lo mío. Y Loquillo y Arizona Baby gratis el jueves...y yo con estas pintas.


16 julio 2010

The cabriolets en Sony Style

15/07/210

Aquí va una muestra de la flexibilidad de este blog. De cómo cualquier excusa y situación es buena para poder escuchar y conocer música. De cómo se puede pasar de un festival metalero lleno de camisetas sudadas a una tienda cool del centro de Madrid donde el sudor es de Channel número 3 (hay que evitar posibles demandas por copyright).

Por si no os habíais enterado (yo lo hice hace dos días), ha salido un nuevo portátil VAIO. Al parecer, este motivo es más que suficiente como para reunir a gente conocida y no tanto en una tienda comercial de producots Sony y darles de comer y de beber. Y desde que entré y vi el percal, a mí me pareció lo mismo. A base de pinchos de jamón y de cerveza se puede convencer a indrédulos de los tejemanejes del mercado. Qué le vamos a hacer.

El caso es que gracias a la de siempre y a ese tal VAIO tuve la oportunidad de escuchar a The Cabriolets en directo y, casi, en privado (aforo de 30-40 personas). Y allí estábamos. Después de un pequeño problema de logística por un fallo en el callejero de las páginas amarillas, llegamos a la tienda Sony Style de la calle Serrano que, con invitación conseguida por el facebook (he aquí una razón por la cual es bueno tener facebook), nos endiñaron una camiseta nada más entrar. Hubiéramos preferido un versión de prueba del nuevo VAIO para contarle a nuestros amigos lo bueno que es, pero a caballo regalado...

Me costó adaptarme, lo reconozco. No a coger pinchos y beber cerveza, que yo creo nadie necesita aprender; sino al ambiente tan pijo que parecía reinar en el ambiente. Gente conocida que no había visto en mi vida. Gente haciéndose fotos en la típica movida donde los famosos se hacen fotos. Gente que...bah. Fui a coger otro pincho.

Todo cambió cuando empezó el concierto, que era realmente lo que nos llevó a la tienda (además de la ilusión de que quizás nos podía caer del cielo uno de los VAIO colgados en el techo). Y gustó. Mucho. Me sorprendió bastante el tipo de música. Normalmente, cuando pasas un rato en un ambiente pre-concierto puedes intuir más o menos qué tipo de música vas a escuchar. Sin embargo, no tuvo nada que ver con mi prejuicio. Otra señal de que los pensamientos antes de tiempo no llevan a ningún sitio.



No me pareció que sea una de las grandes voces del panorama actual la de Bimba Bosé, pero le pone un carácter y un dinamismo a las canciones del grupo que ayudan a no perder comba en el concierto, algo bastante fácil cuando se trata de una banda que no has escuchado nunca. Sin embargo, me pareció que, además de tener unos músicos bastante buenos, tienen algún que otro temazo que merece la pena escuchar más de una vez. Es increíble la sensación que puede recorrerte cuando escuchas, lees, ves, tocas...¡admiras! algo que te era desconocido.

Entre esos temas están Crepuscular y Fast and slow. Los dos pertenecen a su último disco, Close. Podéis escucharlas en su página web (pinchad aquí). A pesar de estar sólo una hora sobre el mini escenario, y además de esos temazos, The Cabriolets dejó muestras de su cercanía con el público. Sonriendo, bailando con nosotros, con miradas cómplices...Sólo faltó que se lanzaran a versionar el Waka, Waka, pedida insistentemente por más de uno. Fueron capaces de que me olvidara del ambiente y me centrara sólo en lo que hacían. Genial.

Como pero, decir que se trata al parecer (supongo que por que Bimba fue portada de Zero y similares) de un grupo que es icono gay entre los gays. Sinceramente, no considero nada lógico que un grupo tenga que gustar sólo por ser un icono de lo que sea. Lo digo porque había más de una loca en el concierto que querían que todos nos enteráramos de su presencia. Parecían más preocupados de eso que de escuchar y disfrutar. No todo puede ser perfecto, qué le vamos a hacer...

Pinchos, buena compañía y grupo descubierto. Una noche muy agradable antes de unas merecidas vacaciones. Sí, Bimba. Ayer no, pero hoy ya estoy de vacaciones.

A mamarla.

12 julio 2010

Sonisphere 2010 (día 2)

10/07/2010

No hay nada como acostumbrarse al terreno. Además de coger la tarde con más ganas que el día anterior (la tarde se presentaba tremenda), hasta las 18 horas no empezaba el primer plato fuerte, Coheed and Cambria. Esto permitió tomarse la tarde de forma más relajada, disfrutando de unas cervezas a la sombra de los pinos (olé). Esto, unido a que descubrimos unos pequeños trucos (de cómo refrescarnos cuando el sola pretaba y de cómo meter comida en el recinto), hicieron que todo fuera menos agobiante y pudiéramos disfrutar más del cartelón que teníamos por delante.

Coheed and Cambria no decepcionaron. Su espectáculo no fue nada del otro mundo, pero sobre el escenario pequeño dejaron auténticos temazos para disfrute del personal. Es curioso comentar que originariamente el grupo se dedicaba a escribir comics y, de hecho, parte de su discografía está basada en personajes e historias que suceden en sus fantasías. Vaya personajes. A pesar de no ser puramente músicos, tienen una música viva, que alegra, divierte y de nuevo se desmarca del metal duro y rocoso; se aleja de gritos y aullidos, con un tono de voz muy peculiar que podría reconocerse a leguas. Un gran descubrimiento.

Era el turno de Deftones. Con un repertorio basado en su nuevo disco, no faltaron algunos temazos del grupo como Minerva o My Own summer. Con unos kilos de menos, el Chino se dejó algo más de peso sobre el escenario, siendo bastante más activo de lo que yo le recordaba. Aun así, para mí tocan la delgada línea roja de grupos que, en algunos casos, parecen no transmitir nada. Sinceramente, y aunque le duela a los miembros, me parecemás transcedental su música cuando se calman y entonan baladas que cuando bociferan y pierden el control de sus actos. Divertidos, sí. Agresivo, también. Sin embargo, falta gancho en su actuación. De ahí que, al menos en mi opinión, se les vea en general como relleno de festivales y no como grupos principales.



Se iba notando en el ambiente que esta noche iba a ser grande. La calidad de los grupos estaba siendo bastante alta y la gente empezaba a enseñar sus cartas en forma de vestimentas: querían ver a Rammstein. El recinto se iba llenando de intentos de alemanes (menos mal que les ganamos en las semifinales)con botas altas, corbatas y pelos rapados a estilos esperpénticos. Pero aún quedaba mucha tela que cortar...

Tanto a Soulfly como a Megadeth los vimos de lejos, sirviéndonos de minicadena perfecta para acompañar nuestra cena. Especialmente Megadeth, que siguen demostrando que el jevi de siempre sigue muy vivo.

A quien no nos podíamos permitir perdernos era Alice in Chains, otro de los platos fuertes del cartel del sábado. Como muchas otras bandas de rock, Alice in Chains tuvoque cambiar a su cantante tras muerte por una desafortunada mezcla de heroina y cocaína. De hecho, hasta hace bien poco no volvieron a juntarse, que sucedió "gracias" al terrible tsunami asiático. Llegó un cantante nuevo e intentó hacerse notar lo menos posible. Sin embargo, no lo hizo, porque su energía, desparpajo y voz no podían dejar indiferente a nadie. Temazos como Man in the box o Them bones fueron una delicia. Aunque yo disfruté muchísimo con Rooster. Me parece una canción increíble. Vaya tarde estábamos viviendo. ¿Quièn da más?.

Y al fin llegó el momento que estaba esperando el 75% del público. Tras unos sandwiches oportunamente colados en el recinto, se hizo la oscuridad y el silencio. Le tocaba a los reyes del espectáculo visual: Rammstein. Y así empezó todo...



Gran vacile lo de la bandera alemana. Pero a lo largo del concerto demostraron que pueden permitírselo. Ya sabéis que musicalmente no pasarán a los anales de la historia. Tienen grandes temazos que, gracias al bozarrón del cantante, se hacen más grandioso si cabe. Pero en ese sentido no son ni Faith No More ni Alice in Chains. Pero todo lo que montan alrededor. Ese concepto de concierto como un circo del sol en llamas, donde todo está medido hasta el último detalle. Genera una expectación en el público que hace imposible perder la concetración del concierto, temiendo que haya una llama no vista; un fuego de artificial no captado con la cámara o un gesto que provoque euforia.

Al igual que la mayoría de grupos, Rammstein tenía muy claro que había que promocionar disco y por ello el repertorio cojeó en cuanto a temazos clásicos. Eché de menos especialmente Mein Herz Brent, aunque hubo sitio para Links 2,3,4, Sonne o Engel. Hora y media de escándalo visual, que seguro que incluso algún vecino de Getafe pudo admirar desde su casa con un bol de palomitas. Un bis con Rosenrot entre otras y un aplauso y una ovación infinitos. Merecidos.

Y así dio por finalizado el festival. Y soy tan tajante porque mejor que Messugah no hubiera subido al escenario. Ya es marrón tocar después de Rammstein, pero si encima te dedicas a gritar y a golpear la guitarra con saña, no ayudas. Cinco minutos observando aquel dolor de estómago mezclado con jaqueca fue suficiente como para tocar retirada.

Ya teníamos el buen sabor de boca. Y no nos lo queríamos quitar.

Gran organización. Buenos grupos. Variados. Cerveza cara. Buena compañía. Os echaba de menos, metaleros.

Sonisphere 2010 (día 1)

09/07/10

Mayo de hace unos años. Empezaba a convertirse en un ritual anual asistir al Festimad, pero pasó lo que pasó y desde entonces no había vuelto a ir a un festival metalero en Madrid. Lo echaba de menos. Y con esa mezcla de morriña, interés por conocer nuevas bandas, reencontrarme con mi parte oscura y el olor a camisetas sudadas ajenas compré el bono de dos días para ir al Sonisphere 2010.

El festival está organizado de forma itinerante, de manera que visita varias ciudades europeas manteniendo el núcleo de grupos y el espectáculo. Ha venido a ser lo que en su día se llamó Getafe Electric Festival. Pero tal y como están las cosas, es un lujo que sólo se haya cambiado el nombre y no haya menguado, en absoluto, la calidad de los grupos que han congregado.

El recinto estaba perfectamente comunicado con Madrid. A menos de media hora en autobús, entre los pinares del Cerro de los Ángeles se escondían todas las tiendas de campaña. Una zona aparentemente apta para acampar después de ver la amplia densidad de sombra que caía sobre las lonas de los campistas. Eran las 17 horas y hacía un calor de justicia.

A 5 minutos andando de la zona de mochileros estaba el acceso al festival, lleno hasta la bandera para conseguir el identificativo de "portador de bono", o lo que es lo mismo, "melómanos por necesidad": una pulsera anaranjada de plástico.

La primera sensación que recorrió mi cuerpo fue un deja vu espantoso. No pude evitar recordar el secarral de aquel polígono industrial de Fuenlabrada donde se gestó el último festival de la antigua era FestiMad: suelo basado en polvo, arena fácilmente levantable, grava y gravilla. Dos aisladas y minúsculas carpas de redBull daban alas a unas 50-100 personas bajo la sombra. El resto, al solamen.

Cuando llegué sonaba Anathema. Me dio bastante pena no poder escuchar el concierto completo, porque la verdad es que sonaban genial. Muy melódicos, potentes y un pequeño toque gótico que me sorprendió bastante, ya que no suele ser muy habitual en ambientes tan metaleros. Tocaron en el escenario principal, y a pesar de que no había demasiada gente, ya se podía apreciar que en los conciertos grandes aquello podría ser criminal por la cantidad de polvo que íbamos a ingerir. De tripas corazón.

Uno de los puntos a favor de la organización fue la estupenda sincronización entre los dos escenarios. En ningún momento se solaparon y se siguió el horario con gran puntualidad. Cosa de agradecer cuando te caen unos 40 ºC sobre tu cabeza y la maceta de cerveza asciende a los 8€. Además, la situación de los escenarios era bastante buena, ya que permitía divisarlos desde gran distancia.

Era el turno para Bullet for my Valentine. De aspecto totalmente jeviorros, musicalmente me recordaron muchísimo a Avenged Sevenfold, aunque para mí, salvando las distancias si se piensa en temazos como Chapter Four. Aun así, el concierto estuvo bastante bien. Podría haber sido mejor si durante los 45 minutos no nos achicharrara un sol de invierno que, no sé por qué, nos la tenía jurada. Qué calor. Al menos el concierto fue en el escenario 2, donde había más asfalto y no se notaba tanto la nube de polvo. Un alivio para nuestros pulmones.



De los siguientes grupos: Porcupine Tree, Saxon, Sober y Slayer, sólo Saxon estuvo a la altura. En realidad, es posible que tanto Porcupine como Slayer hicieran lo que se esperara de ellos, pero es que yo no los soporto. No soporté el aburrimiento de Porcupine Tree, que además de tener el marrón de sustituir en el cartel a Dio por causas ajenas a la organización (muerte), su música desentonó muchísimo con el resto del festival. No cautivó. No daba sensación de desgaste, de entrega, de...esfuerzo. Quizás el calor les afectó más de lo que se podría imaginar. De Sober, poca cosa. Que se han vuelto a unir quién sabe por qué, pero musicalmente como siempre. Poco donde rascar para un concierto serio. En cuanto a Slayer...Una, está bien. Dos, bah. Tres, por qué no. Pero cuatro...es demasiado para mí. Esos acordes que suenan a mamporreros haciendo su trabajo delicadamente me superan. Esos aullidos-berridos unidos a la polvareda de gente incontrolada golpeándose mutuamente hicieron de Slayer una pequeña tortura que servía de ganzúa para mis oídos.

Y entre medias, Saxon. Qué cracks. Los únicos que se dignaron a dedicarle una canción a Dio. Que a pesar de sus seitantos siguen animando al personal y haciendo ver a muchos que no es necesario reinventar música para divertir y animar a la gente. Que con una fórmula sencilla, carácter y complicidad con el público puedes hacer olvidar los rayos del tan temido Sol. Olé, chavales.

Durante WASP, preferimos tomar un refrigerio para ver en perfectas condiciones a Faith No More, que era lo que realmente nos llevaba al festival en su primer día. Así que compramos algo de comer, de beber y ya con el Sol descansando (joder, qué alivio), nos posicionamos tan bien como pudimos para ver al majareta de Mike Patton.

Como no podía ser de otra forma, entraron rompiendo la pana. Aprovechando la flexibilidad de ese crack apellidado Patton, el grupo entró enfundado en trajes y entonando una baladita, Reunited. Vaya panorama...Pero fue un simple espejismo. Rápido cambiaron de tercio para, acto seguido, con From out of Nowhere, dejarse la piel sobre el escenario y sobre el público. No faltaron temazos como Epic o Ashes to ashes. Por supuesto que también hubo tiempo para excentricidades. Ni corto ni perezoso, Mike se lanzó al público y fue transportado en el aire por el público durante más de 30-40 metros. Es cierto que hubo algún problema de coordinación, pero qué demonios. Salió genial. Deseando suerte a la roja y lanzando improperios a los holandeses, Faith No More dejó un sabor de boca grandioso.

El primer día acabó con Suicidal Tendencies. A pesar del cansancio de todo el día, demostró que tiene materia prima de sobra como para hacer más de lo que hacen. Es una música bastante escuchable, divertida y propensa a meterse en el grupo de "se dejaba llevar", es decir, en el grupo de bandas con unas individualidades tremendas que no sacan todo su potencial. El batería era enorme, en todos los sentidos, y el bajista también dejó muestras de ser un puto amo. Sin embargo, lo que demostraron musicalmente en la hora larga que estuvieron no fue gran cosa. Estuvo bien, pero daban sensación de poder hacer mucho más.

Sobre las 3.30 se cerró el chiringuito para mí. Había música de "DJ" metalero que sonaba de fondo mientras abandonaba el recinto. Para ser el primer día, no había estado nada mal. Aunque las duras horas bajo el sol y la falta de agua habían pasado factura en el cansancio final. Gracias a la buena organización del festival, había autobuses cada 15 minutos a Madrid. Así que viaje en autobús lleno, paseo a casa acompañado por extraños, ducha para recordar que no estoy hecho de barro, ración de ensaladilla casera y a dormir. Mañana sería otro día. Y vamos que si lo fue.

18 junio 2010

Muse en el Vicente Calderón

16/06/2010

No sé muy bien si esto era una pruba para Muse. Un ahora o nunca. Quizá algo parecido al a por ellos futbolístico que tanto nos ha emocionado (¡já!). Lo que no cabe ninguna duda es de que se lo tomaron en serio desde el principio. Y mucho.

Nada más entrar llamaba la atención el escenario. Se veía demasiado rígido. Muy en plan edificio comunista de la antigua URSS o de la actual Serbia. Chapas de aluminio; algunas pantallas; luces no demasiado llamativas...Nada del otro mundo. Era similar al concierto del Palacio de los Deportes, al inicio de la gira, pero en lugar de tres columnas, sólo una.

Antes de Muse, sobre el escenario saltaron The Big Pink (TBP) y Editors (TE). Como suele pasar, muchas veces de manera injusta, a TBP no les hice demasiado caso. Ya habían empezado cuando entré al estadio y, mientras uno se acomoda, habla con el compañero y pregunta por los felinos, se le pasa la primera hora. Y al mirar al escenario lo único que ve es un mujer batería con rasgos asiáticos vestida con unas bragas rosas. Eso por no mirar donde se debe.

A los que sí tenía ganas de ver era a TE. Había oido maravillas de sus directos, del desgañitamiento público del que presume su cantante, y además de grandes temazos como Racing rats o Smokers outside the hospital doors, me decepcionó el tono electrónico que ha tomado su último disco, y que hasta hoy no lo había escuchado. Mantienen la esencia, pero una de las principales virtudes de este grupo, su cantante, se ve envuelto en una marabunta de sonidos que hacen que pierda protagonismo. Y esto es malo. Aun así, el ratino que se mantuvieron en el escenario fue divertido.

Sinceramente, tenía dudas. Dudas de que Muse se ahogara en el pozo de un estadio. Llevaba mucho tiempo extrañándome por la excesiva publicidad que había sobre el concierto. Eso me hacía ser pesimista sobre un hipotético lleno del Calderón.

Pasaban quince minutos de las diez cuando una panda de encapuchados con banderas y pancartas y un vocerío que juraba que They will not control us asaltó el escenario doomniano para dar paso al grupo. El inicio no fue especialmente impactante, pero poco a poco se iba mascando en el ambiente que algo bueno había en el backstage.

El espectáculo que montó Muse fue de otra galaxia. Luces delicadamente seleccionadas; imágenes en las pantallas que recordaban al ZooTV de U2 (siempre guardando las distancias); Sistemas hidráulicos para articular plataformas, haciendo que Muse se sintiera, más que nunca, cerca del público. En fin, una auténtica arquitectura ingenieril que tuvo su clímax con la aparición inesperada de un Ovni, que a simple vista incluso se podría tachar de cutre, pero que cuando dejó caer de su interior a una bailarina, me maravilló.



El repertorio fue similar al del concierto del Palacio. Uprising, NewBorn, Bliss, Interlude, Hysteria, Resistance...Una cantidad de temazos considerable donde sólo faltó In your World que, a pesar de hacer dos bises, no apareció entre los acordes de las guitarras, bajos, batería y teclados.

Puede que el concierto no se llenara. Puede que hubiera quinceañeras gritonas y demasiado novio con tantas ganas de echar un polvo que exagerara cuánto le gustaba Muse. Puede incluso que hubiera algún momento en que se echara de menos una cerveza y no una mixta. Muse se acaba de doctorar en España. Ya no sólo son los U2, Madonna, ACDC, Rolling...Muse también se merece un estadio. Se lo ha ganado.

13 junio 2010

The Solvers en la sala Tempo Club

12/06/2010

Se puede acabar en un concierto por millones de motivos: porque lo llevabas planeando meses; porque conoces al tío del garito o algún miembro del grupo; porque paseando por la calle oyes un ruido que sale de un tugurio y que te atrae sin más; porque no tienes nada mejor que hacer esa noche. Todas estas situaciones, y alguna más, han dado con mis huesos en una sala, normalmente oscura y pequeña, escuchando grupos de los que, desgraciadamente, muchos de ellos no recuerdo si su nombre.

Pero nunca me había pasado encontrarme en un concierto que se celebraba por una boda a la que no estaba invitado. Ver ir y venir al novio y a la novia, con sus trajes inmaculados, rodeados de sus amigos más íntimos, entre vítores y cánticos familiares. Y yo (nosotros) allí.

The Solvers son un grupo madrileño que han participado este año en el proyecto demo de Radio3, cuyo ganador tiene derecho a participar directamente en el FIB. En general, se trata de maquetas de grupos españoles que superan lo alternativo hasta el punto de, en algunos de los casos, necesitar escuchar más de una y dos veces las canciones para que te digan algo. Al menos eso me pasa a mí. Me recuerda muchísimo a mi estado cuando me inicié en el mundo NIN o cuando escuché por primera vez a Aphex Twin, aunque, desde mi punto de vista, siempre guardando las distancias. Ya me entendéis.

Entre los coros tradicionales "que se besen" y "que vivan los novios", The Solvers subió al escenario del garito. En una sala completamente insonorizada, muy acogedora y, a pesar de todo, bien ventilada, el grupo empezó a lo suyo.




Son grupos que no me transmiten nada. Tocan bien. Son melodías, en algunos casos, que te llaman la atención e incluso esperas que vayan a más, aunque nunca lo hacen. Sin embargo, todos los ritmos están orientados a no dejar escuchar nada la voz, como si los componentes del grupo fueran conscientes de sus carencias vocales. Es cierto que sólo estuve escuchándolos media hora y que les faltaba el bajista. Pero una de dos, o el bajista es el ser supremo que hace que cada nota que sale por sus 4, 5 ò 6 cuerdas sea deleite celestial o The Solvers se quedan ahí, en lo que vi.

Desde luego, de la hora que estuve allí, lo más divertido y que mereció la pena fue la curiosa situación de ir a una boda en la que a pesar de no estar invitado, nadie me miraba mal (además de tomarnos una cerveza a su salud).

Ojalá coman muchas perdices.

22 mayo 2010

Gogol Bordello en La Riviera

21/05/2010

Con entradas en la mano, tuve que quedarme sin ver a Gogol Bordello cuando cerraron temporalmente la Riviera por temas legales. No quería desaprovechar de nuevo la ocasión de ver, quizás, a uno de los grupos más divertidos y alegres que yo haya visto.

Llegué con tiempo de sobra a la sala; es lo que tiene el salir de trabajar un viernes al mediodía. No sólo me permitió coger un sitio privilegiado en primera fila, sino dar un paseo por los alrededores y ver cómo Madrid Río empieza a ser una realidad.

A las 19:30 horas empezó la música en La Riviera. Uno de los componentes de Gogol, Mac en mano, pinchó varios temas mezclados con bastante buen gusto para los escasos 20 incondicionales que ocupaban las primeras posiciones. Tras unos 20 minutos, los pipas prepararon rápidamente el escenario para la puesta en escena de los Mariachi El Bronx. Quien me conozca sabrá que aborrezco a los mariachi. Me parece que, en general, son una mezcla de la tuna universitaria con música andina. Sinceramente, pupa en los oídos. Sin embargo, Mariachi El Bronx dejaron el listón bastante alto. Además de su indumentaria peculiar (imaginaos a los componentes de Green Day y Blink 182 vestidos de mariachis) y su acento californiano,tenían dejes de punk-rock que, para media hora, resultaron entretenidos.

Diez minutos pasados de las nueve, hora fijada en la entrada, aparecieron todos, Gogol Bordello al completo. Bajista, guitarrista, cantante, violinista, percusionista, cheerleader, batería y acordeonista. Vaya panda. Con fundamentos gitanos, estos americanos rozan una actuación no forzada en un teatro. Aún me cuesta entender cómo es posible que en todo el concierto no se chocaran unos con otros. Con intercambios de micro continuos, saltos, cambios de instrumento, acercarse y alejarse del público, alentar a las masas, etc. Una auténtica fiesta. A diferencia del "concierto" de Emir Kusturica, Gogol Bordello no sólo es salto y diversión. También es pasión por sus orígenes de europa del Este. Toda una declaración de intenciones.




En casi dos horas de show, Gogol Bordello se dejaron todo en el escenario y fuera de él (fue apoteósico el momento en el que uno de los miembros del grupo se lanzó al público con su bombo). Con un repertorio escaso pero intenso (la penúltima canción duró unos 15 - 20 minutos), hubo momentos para saltar y para el relax. Tras dos bis, se despidieron con Alcohol. No faltaron otros temas como Wonderlust King, My Companjera, Sun is on my side o Start Wearing Purple.

Todos unos artistas. Unos personajes dignos de ser vistos. Más aún después de, bien cerca de mí, se despedían casi entre lágrimas de emoción por cómo eran acogidos en La Riviera. Entre lalalalás, lalalalalooos y otros cánticos fácilmente recordables y cantables. Gogol Bordello. Sin más.

10 mayo 2010

WOMAD 2010 en Cáceres

6-9 de Mayo 2010

"A vé quié le dice ná al d´arriba. Ni VOMA ni ná". Con esta frase tan resolutiva resumía un vecino en castellano-castúo el tiempo que ha hecho durante todo el fin de semana en Cáceres. Vamos, que porque fuera el WOMAD no iba a dejar de llover.

A pesar del temporal, se vieron y se descubrieron grandes cosas. Este WOMAD, el XIX que se celebra en Cáceres, descafeinado por la lluvia, siguió haciendo que la gente disfrutara y, dando muestras de la admiración y fanatismo, estuviera al pie del cañón con paraguas, impermeables, bolsas de basura o a pelo. Poco importaba el tiempo si se trataba de bailar danzas de Kenia, entender los misterios y la intrahistoria del folclore verato con L'Mentos (que además nos cocinaron unas migas marca de la casa, con patata y pimentón de la Vera y mucho ajo), de bailar Ska jamaicano o indagar en la rumba catalana y sus variantes con el Tío Carlos y el resto de tíos.

Destacar en este caso a Speed Caravan, con unos ritmos geniales y unas voces maravillosas. También me llamaron mucho la atención y son muy recomendables los gabachos Bratsch. En el terreno regional, Debarro, Los increíbles alfalfadores y Ayahuasca pusieron los colores verde,blanco y negro en el WOMAD, siempre presentes.




Muchos de los talleres se tuvieron que cancelar por la lluvia, ya que aunque muchos nos empeñábamos en continuar cantando y bailando, no dejaba de ser un peligro el tener material eléctrico debajo de tal diluvio. Aun así, la organización estuvo genial, ya que modificó la planificación de los conciertos acorde a las inclemencias y metió en el escenario central a todos los grupos principales del sábado, aumentando la frecuencia de músicas del mundo en la Plaza Mayor de Cáceres. Además, en menos de media hora ya había panfletos con los horarios nuevos. De impresión.

Llegó el domingo con la sensación de no haber perdido el tiempo pero sabiendo que el fin de semana podía haber dado más de sí. Un pasacalles bastante pobre por el tiempo, dio carpetazo al WOMAD 2010.

Así es, ni WOMAD ni ná. Llovió en tres días lo mismo que en muchos inviernos enteros en Cáceres. Pero como agradecimiento, un viaje de vuelta en tren escandalosamente espectacular: campos de encinas verdes, de margaritas, violetas, amapolas y arcoiris despedían un buen fin de semana.

17 abril 2010

"LOL: Tenemos un grupazo" en La Riviera

17/04/2010

Ni siquiera lo había incluido en la lista de potenciales de Abril. Se me había olvidado. Ya hace más de un mes desde que nos alistamos en el grupo de vocalistas y guitarristas amateur que estaban preparando Love Of Lesbian con CAMON (para que nos entendamos, una Casa Encendida patrocinada por la CAM).

La idea, hablando mal y pronto, era organizar un macro concierto de 1999 voces y guitarras para interpretar, en principio, 5 canciones de LOL (Incendios de nieve, Un día en el parque, Club de fans de John Boy, Shiwa y Me Amo). Incluso se molestaron en dar unas pequeñas lecciones a modo de tutoría para enseñar los acordes principales de cada tema. Más cercanía y compromiso, imposible.

Ubicación: La Riviera. Hora: Por la mañana. Un sábado. Espectación: Enorme. Tenía mucha curiosidad por saber cómo se podía organizar algo así. Y estuvo genial. Me recordó muchísimo a los talleres matinales del Womad de Cáceres, donde la gente aprende las canciones y los bailes de los grupos que tocan más tarde. Una interacción tan íntima que Santi, el cantante, en más de una ocasión, mostró cuánto se estaba emocionando.

En una Riviera sin llenar y en un ambiente magnífico (con niños con maracas incluidos), el experimento resultó genial. Todo el mundo aportó su granito de arena a los temas de LOL; ya sea con su guitarra en la zona reservada o con tambores, panderetas, violines, flautas o, simplemente, coreando una vez más los temas más ilustres de LOL.

Con versiones ampliadas de todas sus canciones, de las previstas y de las que estaban fuera del guión, el repertorio era lo de menos. Importaba el sonido (fuimos partícipes de las pruebas iniciales), que fue incluso mejor que en el concierto de LOL en la misma sala. Las guitarras acústicas sonaron genial. Importaba también el feeling. La sensación de estar entre amigos que no conocías de nada. E importaba, por supuesto, aportar; formar ese grupo de casi 2000 personas que sólo la música puede unir y abrazar sin preguntar ni escudriñar.


By MyBrokensocks

Con la fiesta que se suele montar en torno a Algunas plantas, LOL dejaron el escenario no sin antes darse un paseo por toda La Riviera, saludando y disfrutando con sus camaradas (que no público) de grupo. Un último detalle que sigue enseñando que no hay que olvidar nunca qué se ha sido para entender dónde se está. O más sencillo: es de bien nacidos el estar agradecidos.

Fue un cuarto de ensayo, sin escenario. No había nadie en lo alto y en lo bajo. Todos estábamos a ras. Fue un juego de "tú eres el protagonista ahora". Y divertido. Fue una hermandad entre hermanos. Sin necesidad de sangre. Ha sido una crónica desde el otro lado. Hasta pronto, Madrid.

05 abril 2010

Potenciales Abril 2010

05/04/2010

Se ha hecho esperar, pero tras unos días de descanso, aquí está la lista de conciertos merecedores de ser nombrados en este blog y programados para el mes de Abril, que conciertos, mil:

Jueves 8 de Abril, 22’00h REGGAE GOYMAMBA + RUDEYORCH + JAH WILLIAMS (Unity Sound) Entrada + Cerveza: 5 €, en Gruta 77.

Miércoles, 14 Los Petersellers presentan “La Peterepública” 21:30 h. 8 € Gruta 77.

Jueves 15, The Cabriolets 21H. 10/14€, Moby Dick. Pop un poco raro, pero por probar...

Viernes 16, 22:00. Los singsong 7 € con consumición , Café la Palma.

Los Pachucos y la Princesa, sala Caravan,viernes 9 de Abril a las 24:30 h.

Compitiendo con la pachucada, Maceo Parker en la Joy Slava el mismo día. Pobres pachucos...

Ilegales en la Sala Heineken el 23 de Abril.

Iggy and the Stooges, 30 de Abril en La Riviera.


Como siempre, se aceptan sugerencias con los brazos abiertos.


Gracias por las 8000 visitas.

18 marzo 2010

Arizona Baby en la sala Heineken

17/03/2010

Llevaba tiempo teniendo ganas de un concierto. ¡Todo marzo! Se me iba, se me iba, caían los 26, y ni siquiera podría decir que había escrito en el blog...No caerá esa breva.

En el ciclo intermitente TR (Totally Random...y que dure) esta vez regresó a sus orígenes, a la sala Heineken, a escuchar a The Inhabitants, Clem Snide y Arizona Baby. Se esperaba que no se repitiera el abrumador cataclismo sensorial que Micah Paul Hinson nos produjo en su momento...ilusos. Quizás no hubo lloros, ni cambio de cuerdas en mitad del concierto, ni silencios incómodos de más de 5 minutos de reloj, ni público cansino...pero Clem Snide dejó claro que nadie saldría de la sala sin que al recordarles brotara un atisbo de diversión.

The Inhabitans fueros los primeros, aunque creo que dejaron bastante que desear si se esperaba que rompieran el hielo. No tocan mal. No son pesados ni tediosos. No son repetitivos. Pero les falta algo. Ese carisma, ese plín, ese plán, ese saberestar, esa personalidad, ese transmitircosasdesdeelescenario...Esto, unido a que el sonido de la guitarra solista era demasiado estridente, hizo que más que telonero The Inhabitants fueran el telón.

Y el telón se abrió paso, dejando a la vista de todos los trajes bien cuidados, las barbas con gorra, el chelo, el pelo cano bien engomado y las gafitas de pasta del cantante. Marchosos. Muy marchosos. Con sus años de experiencia a la espalda, Clem Snide tocaron temas muy movidos combinados muy bien con algún que otro tema lento, pero sin perder el ritmo. Unos "vale, vale", "aquí y ahora" y "siempre" en español se dejaron caer de la boca del cantante, y el público agradeció el esfuerzo por hablar castellano con una complicidad tremenda.



Y llegaron. Ya están aquí. Desde Valladolid. La fiebre country-rock del momento. Para los que añoran la Creedence. O a Cash. O a Arizona. O a Baby. Una mezcla de épocas que cogen lo mejor de cada una. Potentes. Divertidos. Quizás un poco prepotentes ("Estamos haciendo las cosas bien", se puede llegar a entender de mil formas...), pero fieles a su estilo. Sin forzar. Natural. Ellos.

Le dieron un buen repaso a todo su primer disco, desde Shiralee hasta Sandman pasando por Gateaway. Hasta se atrevieron para terminar con un Lucille de Little Richard muy animado en el bis final. Durante hora y media más o menos hicieron vibrar el suelo de madera de la sala Heineken al ritmo de compases tejanos. Quién no echó de menos tener espuelas en las botas en ese momento...

Con una despedida entre amigos (el cantante se lanzó al público a cantar y tocar en más de una ocasión) Arizona Baby se despidió hasta la próxima. Saben que calaron. Y que volverán. Esperaremos.


28 febrero 2010

Potenciales Marzo 2010

28/02/2010

Se nota que poco a poco se acerca el verano, con la consiguiente avalancha de conciertos y de festivales. Este mes hay algunas actuaciones muy interesantes:

4 de Marzo, Josh Rouse, Teatro Joy Slava.

6 de Marzo, Woodstock Tribute Festival, Sala Heineken.

13 de Marzo, The answer, Teatro Joy Slava.

17 de Marzo, Arizona Baby + Inhabitants, Sala Heineken.

28 de Marzo, Vossanau, Clamores.

31 de Marzo, Lou Marini & Red House, Clamores.

Por cierto, Yo NO VOY.

25 febrero 2010

III Aniversario AK

24/02/2010

Quizás la veteranía te hace ver las cosas de otra forma y, aunque sólo ha sido la segunda vez que he asistido al Anti Karaoke, las sensaciones no han sido tan buenas como la primera ocasión. Aun así, sigue siendo un espectáculo tremendo, hecho a base de personajes que, ojo al dato, se encuentran entre nosotros en el metro, el autobús y quizás en la tienda del pan. Atentos.

Empezó la cosa fría, sin más calor que los potorros y los motherfuckers de Rachel, que siempre está ahí. Es increíble cómo esta mujer puede animar el tema tantísimo, con sus disfraces y sobre todo, su carácter. Es el auténtico alma mater del AK. Y que le quiten lo bailao. Lo dicho: más baladitas de lo normal, la gente no tan entregada como yo lo recordaba, demasiado romanticismo (hubo incluso morreo de enamorados en el escenario)...Pero la cosa cambió radicalmente. Un par de temazos rockeros y otro par heavies levantaron al público, a pesar de que en esta ocasión las actuaciones fueron bastante más amateurs que en el anterior AK.

Pero recordemos: estábamos de cumpleaños, 3 añitos, y la cosa no podía pasar por alto. La típica botella de Jack Daniels (que degusté), brazo de gitano (que degusté), champán (que degustó mi pelo) y, como colofón, algo de lo que no me arrepiento haber estado lejos: dos tipos con albornoz, versionando Give it away, se despojaron de éste y aparecieron en pelota picada con dos calzoncillos tapando sus partes más íntimas. Definitivamente, la clave del AK es perder la vergüenza...ajena. Pero lo mejor (repito: mejor equivale a lejos, por mi parte) fue cuando se lanzaron con sólo el calcetín sobre el público, para que éste les elevaran...puag. Más de uno y una se arrepintió de haber entrado...




Como he comentado al principio, el factor sorpresa es importante. Pero además esta segunda vez me ha dado la sensación de que al final todo queda en una cosa de 20 ó 25 personas que cantan una y otra vez; no es que no haya oportunidad para los nuevos, sino que entre ellos hay tal complicidad que cuesta entrar. Supongo que para eso hay que demostrar lo que se vale ahí, en el escenario...¿a la próxima?.

08 febrero 2010

Janis y los Joplins en Clamores

07/02/2010

La vida es caprichosa. Y no sólo a veces. Si no siempre. Fue entrar a Clamores y cruzarme con Janis Joplins (JJs). Sin conocerla. Sin haber oído hablar antes de ella. Sin habernos mediado antes palabra alguna. Y se dirigió a mi acompañante (¬¬) y a mí: "Yo os conozco". Y no. No nos conocía, pero creo que se percató de que estaba ansioso de ver a los Joplins sobre el escenario, porque nunca pensé que podría ver a Janis Joplin (JJ) sobre el escenario. Caprichos bien recibidos.

Nada más subir al escenario, JJs se percató de la frialdad del ambiente, pero dos temazos después, la cosa cambió. La gente agradecía el desparpajo y la sangre puesta en el asador. Aunque cuando se llena un sitio como Clamores con fanes de JJ y se les da lo que quieren...difícil es contenerles.




Down on me, Cry baby, Summertime, Me and Bobby McGee, Half Moon, Try (Just a litte bit harder), More over...Estos temazos resonaron como antaño entre las paredes de la sala Clamores, con riffs que revivieron tiempos pasados. Con solos de batería que a algún romántico lo llevaron a algún punto en algún momento de hace más de 30 años. Sin necesidad de grandes alardes de efectos sonoros o visuales. Sólo voz. Quizás faltaba ese toque ronco que tanto me gustaba de JJ, pero JJs hizo que, esté donde esté, JJ se pueda sentir feliz de ser recordada sobre el escenario como se merece.

No podré decir que vi a Janis Joplin en directo. Pocos pudieron, pues muy caprichoso debería ser el destino para que coincidiera la edad conciertera con aquellos 27 maravillosos años. Sin embargo, el domingo me quité ese mal sabor de boca. Y como siempre que salgo con esa sensación, no sólo fue por lo que había en el escenario. Sino también por quien me agarraba.

Viva JJ.

31 enero 2010

Potenciales Febrero 2010

31/01/2010

Bien sea a finales de mes o a principios del siguiente, se intentará mantener la sección "Potenciales", con el objetivo de indicaros qué conciertos madrileños son recomendados, cuáles no (si hay alguno), y a cuáles es probable que asista, por si a algún seguidor del blog le apetece acompañarme. Dicho queda que sigo, como siempre, abierto a cualquier sugerencia, de manera que no espero ceñirme sólo a lo aquí escrito.

Sin orden de preferencia ni de fecha, aquí van los primeros Potenciales:

1.- Gamma Ray, 13 de Febrero, La Riviera, 30€. Heavy...heavy.
2.- Janis y Los Joplin, 7 de Febrero, Clamores, 6 €. Homenaje a la que para mí ha sido la mejor voz femenina de siempre.
3.- Pink Tones, 12 de Febrero, Joy Eslava. Probablemente el grupo de covers más famoso.
4.- Pedro Guerra, 28 de Febrero, Teatro de Madrid.
5.- The Raveonettes, 3 de Febrero, Sala Heineken, 23 €.
6.- Asfalto, 12 de Febrero, sala Old School (Getafe), 20€.
7.- Jorge Salán y Javier Vargas, 5 de Febrero, Sala Penélope, 18€. Para virtuosos...
8.- Ars Amandi, 19 de Febrero, Sala Caracol. Para los románticos.

Estos son quizás los que más me llaman la atención de los que sé. También hay alternativas en las salas Siroco y Moby Dick, como siempre, que pueden llenar un viernes o un sábado a un precio razonable y con gran calidad.

Intentaré que sea siempre lo más variado posible; y lo dicho: toda propuesta será bien recibida.


30 enero 2010

Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra

29/01/2010

Llevaba tiempo queriendo volver a los orígenes; empujar y empujar en un concierto; que no hubiera solos de guitarra o de batería; que tampoco hubiera grandes voces ni armoniosas melodías. Simplemente diversión. Música de entretenimiento. Nada más. Que tampoco fuera necesario hacer los deberes para poder animarse. Que fuera la propia música la que lo hiciera. Y la orquesta no fumadora (NSO) creó el ambiente ideal.

Incluso antes del concierto la cosa se empezó a animar. Cambiaron el típico rock clásico que suelen poner en la Riviera como música de fondo por la banda sonora de Zavet, obra de Stribor Kusturica, hijo de Emir y batería de la NSO. Aunque quizás se echó en falta algún telonero para ir entrando en calor.

Con 15 minutos de retraso, salió la banda al completo. Sobre el escenario, 7 músicos con ganas de liarla, un guitarrista para posar (Emir) y los pipas, porque sabían que se lo iban a pasar muy bien si estaban cerca. Con un disfraz con los colores de la bandera Serbia, Nele, el cantante, se encargó de hacernos ver de qué iba a ir la cosa. Más que nada, por si había alguien que no sabía dónde se había metido y esperara pasar el concierto en el mismo sitio donde empezó a verlo.



Quizás sea por mi viaje a través de los Balcanes el verano pasado, pero Emir Kusta no me gustó nada. Es el nombre. Quizás el que ayude a que, aun valiendo 35 € la entrada, la Riviera se llene. O puede ser que les diera la fama a la NSO al usar su música en la banda sonora de sus películas. No lo sé. Lo que sí sé es que sobre el escenario su guitarra no pinta nada. Se ríe, toca algún riff que cualquiera puede tocar, se mueve de un lado a otro del escenario imitando al cantante...El colmo de los colmos fue cuando sacaron un arco de violín gigante y "echó" un duelo al violinista (que era un crack de los buenos). Y digo "echó" porque Emir sólo movía la guitarra. Ya se encargó el guitarra de la banda de tocar los acordes y de que aquello sonara bien. Hizo playback, vamos. Empiezo a dudar de si su guitarra estaba conectada...

Mención a parte merece la banda. Que es genial. Superdivertida. Con un violinista con los que te tomarías una birra tras el concierto. Un cantante loqueras que en más de una ocasión convirtió el escenario en un guateque, llenándolo de público (delicadamente seleccionado, como siempre) e incluso provocando a un par de señoritas que mostraran sus sujetadores. Un batería y un percusionista extra-motivados. Un saxofonista sensacional. Especialmente animada fue la canción Fuck you MTV, con el público entregado (aunque a la pregunta de Are you agree? yo hubiera dicho Do you agree...).

En definitiva: objetivo cumplido. Malas fotos debido al ajetreo pero mucha diversión. ¿Recomendable? Totalmente, aunque mejor sin Emir. Seguro que es más barato y os daría menos rabia el ver cómo con la fama se puede hacer cualquier cosa, aunque no se tenga ni idea. Sí...es cierto que ayuda a componer, pero en este tipo de música eso es lo de menos.

28 enero 2010

Anti-karaoke Sala Sol

27/01/10

"Dentro de ti, hay una estrella; si lo deseas, brillará". Parece el eslogan de un programa de televisión, pero bien podría ser el resumen del Anti-Karaoke. ¿Quién dijo miedo? ¿Vergüenza? ¿Sosería? ¿Cobardía? ¿Seriedad? Nadie. Y si alguien se atrevió a decirlo, se olvidó.

En los garitos nocturnos, cuando ponen música que nos gusta, todos tendemos a cantarla. A desgañitarnos. Porque nos emocionamos; nos gusta que se nos ponga la piel de gallina. ¿Y qué me decís si, además, resulta que toda la gente observa cómo te desahogas vociferando? ¿Y si a esto le añadimos una maestra de ceremonias con mil y un disfraces, cada vez más atrevidos y divertidos? ¿Y si le ponemos globos, confeti, caretas, gominolas y pegatinas de colores? Pues este cóctel es el anti-karaoke.

Con una lista de canciones que bien podría ser un macro homenaje al mundo de la música, con un boli, un trozo de papel y un poco de geta, el pinche pondrá tu canción favorita para que todos, no sólo tú, salten, bailen y canten.



No nos olvidemos de lo que es, un karaoke, pero con esas canciones (y personajes) que nunca encontraremos en un karaoke convencional. Con esto, quiero decir que habrá de tó: los que canten de puta madre, y los que no. Los que lleven el número ensayado, y los que no. Los que se sepan la letra, y los que no. Pero en todos los casos, la risa está asegurada. De todas formas, abtenerse reaggetoneros, pachangueros y otros, porque seguramente no aguanten 2 canciones. Además, ellos ya tienen bastante con el 60% de los bares nocturnos.

El anti-karaoke es un desfogue, por 8 €, donde te encuentras con gente que se sabe la letra de las canciones que te gustan a ti; donde puedes dar patadas al aire sin que te cargues un par de cuadros o destroces parte del mobiliario de tu habitación; sin que nadie te empuje ni se pique porque le empujas...100% recomendado. Adictivo.

¿Quién se anima el 24 de febrero?...

18 enero 2010

Air en La Riviera

17/01/2010

Llevaba tiempo perdido. Tengo nueva sección en la mente para el blog, pero durante el mes de Enero otras cosas urgentes e importantes copaban mi vista. Mis oídos. Mi tacto. Mi todo. Y una vez tomadas las decisiones, la música ha vuelto. En forma de aire. Con grata compañía. Y con una telonera que merece mención a parte.

George Pringle fue acojonante. Flipante. Lo más dantesco que he visto nunca sobre un escenario. Incluso llegó a ser penoso. Una chica inglesa. Con desparpajo nulo. Con un micro. Con un Mac. Esta combinación podría resultar, al menos, divertida. Pero la actuación fue un auténtico fiasco. Ella misma se autodefine como habilidosa y monologuista (por el supuesto corte poético de sus letras). Pero ni es una cosa, ni otra. Cuando intentaba cantar, gallo que te crió. Cuando intentaba animar, pestiño que te trajo. El chasco de los chascos fue cuando intentó motivar al público con el baile de la Macarena mientras sonaba el GarageBand de fondo. Patético. Fue vitoreada y aplaudida...cuando se fue.

Cuesta creer que Air, con 15 años en el mundo de la música y grandísimas canciones, puedan descuidar tanto la actitud y actuación de su telonero. Pero los gabachos, muy discretos en su vestimenta, recompensaron con un gran espectáculo. No fue especialmente llamativo el juego de luces y sonidos que desplegaron, tratándose de música electrónica, pero musicalmente estuvo a la altura que se le esperaba.



Con Love 2 bajo el brazo y excusa para esta gira, el nuevo, como suele ser habitual, llenó los primeros temas del concierto. Love, Do the Joy y So Light is her football. Siguieron con J'ai dormi sous l'eau, People in the city, Talisman y dos temazos, Radian (Moon Safari) y Tropical Disease, que a pesar de ser del último disco, sonó genial en directo. Me jode reconocerlo, pero los franceses no hacen todo mal.

Siendo muy agradables durante todo el concierto (no dejaron de sonreír ni de dar las gracias al público que tardó en llena La Riviera), más adelante se rindieron a sus clásicos: Kelly, watch the stars, La femme D'argent, Sexy Boy, Heaven's light...estas dos últimas en el bis que se marcaron. Casi hora y media de concierto que dejó con un gran sabor de boca, a pesar del inicio tan bochornoso, ajenamente hablando, que sufrimos.

Próxima parada, la Serbia de Emir Kusturica...dva pivos.