26 septiembre 2009

Tapita Latin Quintet en El Capricho

26/09/09

"El jazz de ahora es para gente bien; quizás en sus inicios no, pero ahora o tienes dinero o es difícil disfrutar de jazz en la calle". Hace tiempo dije a un amigo algo parecido a esto, pero que en esencia es lo mismo. Y hoy me retracto de mis palabras, al menos en parte.

Durante todo el mes de junio y el de septiembre, el parque del Capricho ha sido testigo de un ciclo promovido por el ayto. de Madrid donde ha habido conciertos gratuitos de músicas variadas, desde el flamenco hasta la clásica, pasando por el jazz en varios de sus estilos.

El jazz de Tapita Latin Quintet (actualmente 7 componentes, por una reciente ampliación de personal) es de una calidad magnífica. Tanto versionando canciones como tocando composiciones propias, han llevado al público que había en el Capricho (la mayoría no pasaba los 10 años) a la mismísima Habana usando boleros, cha cha chás, sambas, mambos y otros sones que han hecho que, desde Dizzy Gillespie, el latin jazz sea tan grande.




Durante 1 hora de concierto, han bailado, cantado y hecho cantar, pero sobre todo transformado el invernadero del parque del Capricho en el Buena Vista Social Club. Una auténtica virguería. Aun siendo más blusero que jazzero, me ha parecido un espectáculo genial. Sin embargo, y a pesar de que técnicamente el concierto ha sido buenísimo, he echado de menos ese sentimiento de dolor en alguna nota que otra. Es cierto que en general se trata de música divertida, animada; pero ese toque de pena; ese nosequé que les sale de dentro a maestros como Bebo y Chucho; Michael Camilo o Tito Puente no ha aparecido.

Ojalá me siga confundiendo y llegue a la conclusión que el jazz es para todos los públicos. Aunque me queda mucho jazz (sobre todo del clásico) por escuchar antes de entenderlo. Seguiré intentándolo.

05 septiembre 2009

Cañones y Mantequilla en Irish Rover

04/09/09

Una llamada puede implicar muchas cosas. Entre otras, pasar una noche en un garito irlandés lleno de gente que baila, quién sabe por qué razón, country. Bueno...probablemente porque sobre el escenario estaba Cañones y Mantequilla (C&M). Sí, es un nombre peculiar y sin demasiado sentido a priori. Pero lejos de tratarse de un grupo transgresor o innovador C&M propagan la buena nueva que hace tiempo se lleva rezando: el country americano al 110%.

Desde Jonnhy Cash hasta Mark Knopgler, pasando por Janis Joplin o Steve Earle y con algún que otro tema propio, C&M deleitó al escaso personal del pub irlandés con una buena dosis de filosofía de vida americana, mucho más allá de las hamburguesas o de la NBA.




Con una puesta en escena divertida y muy animada, durante algo más de una hora amenaron una noche que, sin ellos, hubiera sido como otra cualquiera; que, sin ellos, simplemente hubiera sido ir a un pub a tomar una cerveza. Sin embargo, el mero hecho de poder disfrutar de armónicas, de Fenders y de pedal steel (y gratis), transforma una cerveza en agua fresca durante el verano extremeño.

Fuera de grandes virtuosismos y filigranas, C&M animó al público con "yeeeehaaaas" y con "yuuuuuhuuuus", hasta límites que más de uno de los presentes en la sala desconocía.

Con las palmas de las manos coloradas por seguir el ritmo de cada canción, gracias por una velada alegre y divertida.