21 septiembre 2008

MetroRock

21/09/08

Mucha espectación ha levantado el Metro Rock. Quizás por el cartel (grupos bastante conocidos, del tipo de música que gusta a la mayoría hoy día). Quizás por el buen precio para un festival (tardaremos en volver a ver uno por 25 €). Quizás porque los miles de usuarios diarios del metro hemos tragado más publicidad de la cuenta.

Las puertas abrieron a las 16 horas, pero la mala costumbre de poner los precios de la bebida por la nubes obliga a la gente a entrar ya al recinto con el nivel deseado de alcohol en sangre (positivo). Eso, unido a los parques colindantes, facilitaba que la gente demorara el acceso para disfrutar de la música. Lástima que grupos como The Whip o Second pasen sin pena ni gloria. Pero quizá sea mejor así: al fin y al cabo, la música de minorías tiene encanto.


ElBicho fue el primer grupo aclamado por la multitud. Movimientos histriónicos por el escenario, volteretas, vestuario esperpéntico y flamenco fusión. Más de fusión que de flamenco. Luego le tocó el turno a los incombustibles Siniestro Total. "Mi chica boomerang", "Bailaré sobre tu tumba" o "Cuánta puta y yo qué viejo" hicieron las delicias de los asistentes. Esto, unido a los comentarios a mi entender, bastante cultos (sobreactuados en gran medida), completaron un buen concierto.

Le llegó el turno al gran esperado de la noche (Melendi ni fú ni fa). Calamaro usó sus dos horas largas de concierto para tocar todos los palos de su infinito repertorio: desde Los Rodríguez, pasando por tangos, un dueto con Jaime Urrutia, canciones antiguas, medias y nuevas...Se le ve más rockero que nunca. Aunque tuvo momentos de demasiada melancolía, a día de hoy, Calamaro está en forma. Para mí, el mejor de la noche.

Los Delinqüentes cerraron un buen festival: divertidos, alegres...rumba. Rumbeando se llegó a más de las 3:30 de la noche. Nos acaloraron a todos, gustaran o no, a base de preservativos y comentarios de elogio hacia Barcelona. Un clásico para animar las noches madrileñas. El festival seguía. La carpa electrónica estaba aún en auge, con DJ's que no paraban de hacer bailar y "bailar" a todo el que se acercaba. Aunque para mí, tras 12 horas, fue suficiente.

En general, el festival se portó: buena organización, buen sonido (no siempre), buenos servicios, buen sitio (unas protecciones para el césped no hubieran estado de más). Quizás se pecó en la avalancha de publicidad por todos sitios (imprescindible, supongo, para reducir el precio de la entrada) y en la cercanía de escenarios. Había momentos en los que estando en uno de ellos, se escuchaba el otro. Yo creo que un 6.5 es una merecida nota.

¿Más conciertos o abonos más baratos?Al menos, me alegra saber que la subida se emplea en este tipo de actos. Que así sea.

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